jueves, 18 de febrero de 2010

"Finde" sorpresa

El sábado a las 11 había quedado con Jaime, que me pasaría a recoger. El día anterior me había dicho que cogiera algo de ropa informal para pasar el fin de semana, así que allí estaba yo, con mi maleta trolley, y ansiosa por saber qué me tenía preparado.
Llegó puntual pero, nada más subir al coche, ya me lo advirtió: nada de preguntas. Asentí con mi mejor cara de “niña buena” y me resigné, pensando que una sorpresa era una sorpresa y que si empezaba con el rol de detective posiblemente la echaría a perder…

Tardamos poco menos de una hora en llegar a nuestro destino: una casita en medio de la montaña y con unas vistas fantásticas. Enseguida la reconocí como la casa de veraneo de los padres de Jaime donde, como tantas veces me había contado, había pasado largas temporadas cuando era un niño.

Fue al bajar del vehículo cuando me dijo que iba a conocer a alguien muy especial en su vida, y fue en ese momento cuando me entró el pánico… ¿alguien especial? ¿sus padres? ¿su hermana? Estaba sudando la gota gorda… ¡no estaba preparada todavía para otra relación formal, y mucho menos para conocer a su familia!
Sin embargo, cuando Jaime abrió la puerta de la vivienda, allí estaba un precioso cocker de color marrón, mirándome con sus ojitos curiosos y moviendo la cola… ¡¡Don Pin-pón!! Empecé a reír y creo que fue en ese momento cuando Jaime se dio cuenta de lo que había pasado por mi mente sólo un momento antes. Pobre, si hubierais visto su carita

Media hora más tarde, ya “instalados” y acomodados en el sofá, me explicó que me había visto tan desanimada y triste últimamente, que había pensado en llevarme a su casita de retiro con el fin de pasar un par de días desconectados del mundo y sin necesidad de pensar en nada más…


Coincidió en que fue el fin de semana del 14 de febrero, pero ni que decir que pasé uno de los “San Valentines” más románticos de mi vida.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Volviendo a la normalidad...

Hacía ya algún tiempo que no escribía nada, pero si he de ser sincera, tampoco es que tuviera muchas cosas que contar…
Estos últimos días me los he dedicado a mí y he intentado hacer cosas que últimamente, debido a la falta de tiempo, había dejado de hacer. No es que me haya ido de súper festival ni nada por el estilo. Simplemente he vuelto a mis “pequeños placeres”: un buen libro, un relajante baño espuma, algo de chocolate negro… y a una de mis aficiones “secretas”, que poca gente conoce de mí: pintar. No es que sea Van Gogh ni mucho menos, pero reconozco que no lo hago mal y además ¡me relaja un montón!

Todo ello ha contribuido a que esté un poco más animada y lista para enfrentarme de nuevo al mundo, y a los personajillos malignos que lo habitan. Aunque por suerte, siempre habrá ángeles protectores que, con su paciencia y su sonrisa, estén a nuestro lado y nos ayuden a afrontar los “problemillas” del día a día.


En los próximos días os sigo contando, ya que Jaime me ha dicho que tiene una sorpresa para mí, y ¡¡me tiene intrigadísima!!

Y por cierto: muchas gracias a tod@s aquell@s que, con sus comentarios en el post anterior, me han dado ánimos ¡¡¡Muchisísimas gracias de corazón!!!